Una mentira.
Dos.
Tres mentiras.
Cuatro.
Cinco mentiras.
Ya no más, por favor, hoy me duele la cabeza.
No te atrevas a mirarme a los ojos nunca más en tu vida. Nunca. Que tu repugnancia se quede contigo.
Yo ya no tengo tiempo para tonterías, y menos por unos pocos centímetros insatisfactorios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario